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ABUSO SEXUAL CONTRA NIÑOS-AS. DEL NIÑO SACER AL SUJETO HABLANTE.


ALEJANDRA VITA

Universidad Nacional del Comahue

Centro Universitario Regional Zona Atlántica

[email protected]


Abuso sexual contra niños-as. Del niño sacer al sujeto hablante.


Resumen


El presente trabajo examina los efectos de los abusos sexuales en la subjetividad de los niños, a partir de los desarrollos conceptuales acerca de los estragos en la subjetivación que producen los campos de concentración (se despliegan los desarrollos de Primo Levi, Hannah Arendt y Giorgio Agamben acerca de los mismos), a partir de los conceptos psicoanalíticos acerca del trauma psíquico de S. Freud y J. Lacan, junto con la noción filosófica heideggeriana de acontecimiento, retrabajada por Alain Badiou y utilizada por Lacan. Se sostiene como línea de fuerza de este trabajo que la desmentida y la desidia de la comunidad pueden ser tan desubjetivantes como los abusos sexuales. Se establecen coordenadas de trabajo analítico y educativo con niños que han sufrido abusos señalando que la posición de los profesionales intervinientes debe sostenerse en una ética comunitaria y en la decisión de un deseo que no retrocede.


Palabras clave: abuso sexual; trauma psíquico; campo de concentración; desubjetivación.


Reseña curricular

Lic. En Psicología U.B.A. Psicoanalista. Maestrando Maestría en Psicoanálisis Universidad Kennedy. Directora de Tresser. Clínica y Transmisión en Psicoanálisis con Niños y Adolescentes. Investigadora externa Universidad del Comahue. Docente invitada Universidad del Comahue. Departamento de Psicopedagogía. Directora Revista El

Hormiguero. Psicoanálisis Infancias y Adolescencias. Miembro de Comité Editorial Revista INFEIES. Antecedentes: Equipo de Niños Hospital Evita, Lanús, Buenos Aires. Coordinadora Fundación Hacer Lugar. Terapeuta en Espacio Psi, Clínica Pihué, E.N.A.Psi. Directora de Andamios. Supervisora Hospitales T. Álvarez y Alvear, Capital. Docente U.B.A: Pasantía Una aproximación a la experiencia clínica y Pasantía El síntoma en la Clínica con Niños. Docente U.B. Facultades de Psicología y Psicopedagogía. Cátedras Práctica profesional I, Psicología Profunda, Psicología de la Personalidad. Docente invitada: Universidad del Comahue. Departamento de Psicopedagogía. Cátedra Psicoanálisis y Salud Mental. Universidad del Salvador, Facultad de Psicopedagogía. Cátedra Psicopatología. Investigadora U.B.A.C.y T. E.O.L: Miembro del C.I.E.N. (Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Niño), integrante de la Nueva Red CEREDA y de la Red por los Niños. Publicaciones: Revistas Borromeo, INFEIES, Anuarios de Investigaciones U.B.A., C.I.E.N (Eolia-Paidós), coautora en los libros Actualidad de la clínica con niños y adolescentes (Ed. Diva, 2000) y Clínica del autismo y la psicosis infantil. El dispositivo soporte. (Ed. Grama, 2009), entre otras.


Sexual abuse on children. From child sacer to talking subject.


Abstract


The present work examines the effects of sexual abuses on children subjectivity starting from concepts like the havoc on subjectivation caused by concentration camps developed by Primo Levi, Hannah Arendt and Giorgio Agamben. It also considers psychoanalytical concepts about psychic trauma by Sigmund Freud and Jacques Lacan along with heideggerian philosophical notion of event, reconsidered by Alain Badiou and Jacques

Lacan. It´s sustained as a main strength that denial and apathy from the community may be as desubjectivizing as the sexual abuse itself. The author stablishes coordinates for clinical and educative approaches and the notion that the positioning of professionals should be sustained on a communitary ethics and the decision of a desire that doesn´t back off.


Key words: sexual abuse; psychic trauma; concentration camp; desubjectivation.


Abuso sexual contra niños-as. Del niño sacer al sujeto hablante.


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El presente trabajo forma parte de los proyectos de investigación V094 “Los padecimientos actuales en las infancia/s y adolescencia/s. El lugar de los abordajes institucionales: el trabajo comunitario ante lo que resiste” (en período de finalización), y del

Proyecto de Investigación “Destinos de(s)ubjetivación en infancia/s y adolescencia/s, intersecciones y comunidad” (en período inicial). Ambos proyectos bajo la dirección de la Dra. P. Weigandt y codirección de la Lic. y Prof. M. La Vecchia.

Estos proyectos recogen y destilan las experiencias a partir de la praxis del Hormiguero, espacio interinstitucional con sede en la Universidad Nacional del Comahue, en el Centro Universitario Regional Zona Atlántica, sito en Viedma.

El Hormiguero realiza supervisiones, docencia y otras actividades de transmisión y formación con profesionales de distintas disciplinas e inscripción institucional en Viedma y alrededores. Los mismos trabajan con infancias y adolescencias que sobreviven en estados de abandonos y violencias diversos.

Dentro del vasto espectro de las violencias que abaten sobre nuestras infancias, nos detendremos en la consideración del abuso sexual contra niños y niñas, a partir de las experiencias de la clínica psicoanalítica y de la supervisión de profesionales de la salud y la educación que trabajan con niños-as y adolescentes tanto en el ámbito público como privado.

El trabajo se desplegará partiendo de un corte que hace a la estructuración discursiva de nuestra época, denominada Hipermodernidad (Lipovetsky, 2006), para volcarse sobre la teorización acerca de los efectos en la subjetividad de las infancias y concluir con lineamientos para los abordajes institucionales con niño-as que sufrieron abusos.

La resonancia de las noticias sobre abusos sexuales atraviesa disruptivamente el campo de las redes y medios de comunicación. El enigma “¿hay más abusos o hay más noticias de los mismos?” interpela a la denominada opinión pública.

Algo siniestro se cierne sobre la cuestión: las diversas formas de la desmentida de los hechos y la segregación de las víctimas concurre, paradójicamente, con la abundancia informativa de los medios. En el mismo intento de difusión de los “casos”, el sujeto que ha padecido o padece los abusos queda reducido a la nominación “víctima”. Esta nominación, que implica la pérdida del nombre, entre otros elementos que hacen a su condición de sujeto, lejos de ser inocua, orienta las prácticas de las instituciones que intervienen ante los abusos e inciden en las políticas de anticipación o intervención, sumando muchas veces más violencia a las violencias.

Giorgio Agamben sostiene que el campo de concentración es marca y modelo de las biopolíticas actuales. Caracterizado por la generalización de un estado de excepción, el campo de concentración pone en suspenso las regulaciones legales y de derecho, paradójicamente con la anuencia del estado de derecho. Los sujetos son exiliados de toda dignidad: la de un cuerpo íntimo y pulsional, la de las ideas, la de las diferencias subjetivas, la de las pertenencias afectivas y culturales. La vida se reduce a la mínima expresión, ante la máxima expresión de la violencia. Es una vida meramente vegetativa. Agamben la denomina “la vida nuda”, desprovista de humanidad, y designa a los sujetos capturados en los campos de concentración con el término de “homo sacer”, tomando esta designación de la jurisprudencia romana, según la cual a los sujetos condenados por traidores al imperio, se los restaba de la categoría de ciudadano. Eran parias, muertos en vida, deshechos sociales. Sus muertes, ya no sus vidas, no tenían importancia para nadie. No eran aptos ni para ser objeto de sacrificio a los dioses.

Para el autor, el campo de concentración es el extremo de la biopolítica y es modelo vigente de las diversas políticas de control de los sujetos en el presente. Por esa razón la examinación de su estructuración no es meramente historiográfica.

Hannah Arendt (1958) sostiene que en el campo de concentración, ante la negación social de quienes quedaban por fuera de estos, “todo es posible”. Sus prácticas hacían de la violencia y la muerte la moneda corriente. El “mal radical”, como lo denomina, es la práctica desubjetivante banalizada. La muerte pasa a no ser ya el único acontecimiento deprivador de la vida.

Primo Levi (1947) describe en tres de sus libros, conocidos como la Trilogía de Auschwitz, su propia experiencia en el campo de concentración. Al despojo reiterado de los cuerpos y las almas, el autor agrega como característica algo que él escucha de la propia boca de un soldado nazi: Cuando un prisionero le pregunta “¿por qué?”, el guardia responde: “Aquí no hay ningún por qué”. Podemos pensar que es la dimensión regulatoria de la ley la que ofrece topes al acto y respuestas a la razón. Entre todas las valiosas consideraciones que realiza, Levi repara en la incredulidad que la situación de los

prisioneros genera en el afuera. Podemos pensar junto con él, que en gran parte su condición de relator y cronista lo salvaron o aliviaron de los estragos a su subjetividad que el campo le imponía. Él relata un sueño reiterado: en el sueño se acerca a amigos y familiares y les relata lo ocurrido. Ellos se alejan de él no deseando escuchar. En la línea contraria, luego de la liberación, el filósofo escribe, publica y recorre universidades relatando y analizando su experiencia.

Podemos encontrar fuertes similitudes en las prácticas de los campos de concentración con la captura del cuerpo y de la subjetividad de las víctimas por parte de los abusadores y, en muchos casos, en las acciones u omisiones de las distintas instancias institucionales y profesionales que intervienen ante los mismos

El abusador se sostiene con un semblante de inocencia y acciona con impunidad ubicándose como ser exceptuado de las regulares de la ley y de la regla que estructura y regula las relaciones simbólicas bajo la premisa del “no todo”. Sus víctimas caen, por ende, despojadas de nombre, de voz y derecho a la propiedad de sus cuerpos y de la significación agalmática del niño como “tesoro” de la familia y de la sociedad.

Nuestra época ha quedado signada por el punto de cenit del objeto a, tal como Lacan lo señalara en el seminario Aún (1972). La misma indica un nivel crítico y brutal de los embates de lo real y una operatoria aminorada y vacilante de los nombres del padre que sirven al sujeto para conjurar y hacer ahí con lo real. Esto conduce a una superabundancia de distintos modos de violencias contra niños, adolescentes y mujeres, o cualquier otro sujeto que muestre alguna diferencia de goce.

“La muerte del alma”, como muchos sujetos han denominado a las experiencias de abusos sexuales, es una expresión que da cuenta de los estragos sobre los sujetos que van más allá del daño físico. Para los psicoanalistas, el caso tan trabajado del presidente Schreber, también nos remite a la expresión “el asesinato del alma” en relación con lo tortuoso de los padecimientos de este sujeto.

El cuerpo abusado podemos pensarlo como expropiado. Si poseer un cuerpo es para todos los sujetos un trabajo de operaciones de estructuración por lo menos arduo, podemos pensar los efectos del abuso como una empresa de destrucción de lo instituido, un acto o serie de actos arrasadores de las operaciones fundamentales de instalación del sujeto.

Un concepto prínceps para pensar la cuestión de los efectos de los abusos sexuales es la de trauma.

El trauma tendrá dos incidencias fundamentales sobre el aparato psíquico que podemos sintetizar en dos conceptos: la ruptura y el exceso.

El trauma, en tanto ruptura, viene a quebrar tanto la dinámica como la estasis del aparato psíquico y a poner en conmoción el anudamiento que sostiene la estructura del sujeto.

En esta línea, son interesantes los aportes que Lacan toma con el concepto de acontecimiento. El concepto de acontecimiento, introducido por Lacan a partir de los aportes de Heidegger, se relaciona al trauma en tanto este se constituye en no-histórico por la disrupción que provoca en la cadena significante. Lo traumático permanece en el terreno de lo inasimilable para el sujeto.

Para Alain Badiou (2000) el acontecimiento es un suceso del orden del accidente que queda por fuera de lo estructural y se torna disyunto del ser. El acontecimiento no forma parte de este, es eclipse del ser, produce agujero en el saber.

El trauma quedará ubicado entonces en un corte en la línea temporal, en un intervalo, dejando una parte de la cadena significante en suspenso, fuera del límite de lo que se puede absorber por lo simbólico.

La otra línea para pensar el trauma es de índole económica y dinámica, articulándolo con las coordenadas freudianas. Los abusos imprimen un exceso intramitable para el aparato psíquico y sus catexias quedan en estado de retención, utilizando este término freudiano (1893).

El trauma, también puede ser pensado como crisis estocástica, de acuerdo a la teoría matemática de las probabilidades. Esta noción alude a lo que se va de cálculo, lo que se escapa de una razón matemática, lo que perturba y altera radicalmente una serie cuantificable.

¿De qué se trata la intervención clínica con niños que han sufrido abusos?

 

En el uno por uno de la clínica registramos que los niños-as que han sufrido algún tipo de abuso sexual pocas veces producen un relato sobre el mismo. Su capacidad simbólica se vio desbordada por lo traumático, un real que resiste la simbolización. El sometimiento al lugar de objeto de goce del otro abusador involucra, en general, que tampoco disponga de la voz y la palabra. Horadados y amordazados en lo simbólico, se puede pensar que difícilmente lo van a explicitar en el jugar o el dibujar. Es por lo tanto un trabajo pieza por pieza, como el trabajo inverso de un duelo, ya que en la intervención clínica se trata de extraer fragmentos, nominar y enlazar a la manera del armado de un mosaico, un contrapunto con la descripción freudiana del trabajo del duelo en relación con la producción de un desmontaje y disolución del objeto perdido. Se trata de producir un despertar, un despegue del sujeto, que se recorte y se erija re(in)stituido.

Maestros, profesores, trabajadores sociales, psicopedagogos, psicólogos, médicos, abogados y otros profesionales y trabajadores de diversas instituciones asisten o intervienen en distintas instancias de las situaciones de abusos contra niños y niñas. La posición implicada y la certidumbre de la pertenencia a un entramado comunitario donde la acción o

la omisión de uno-as opera e incide sobre los destinos de otro-as, son más que un ideal, se trata de una decisión del deseo de puesta en acto en las intervenciones de rescate subjetivo de estos-as niño-as.

Difícilmente se pueda sostener un trabajo efectivo con niños-as que han sufrido abusos sexuales en la posición de los interlocutores del sueño de Levi, dando la espalda al sujeto y su desgarro. No hay práctica sin ética y no hay ciudad sin dignidad de todos los sujetos.


Referencias


Agamben, G. (2010). “Lo que queda de Austwichtz. El archivo y el testigo”. Homo sacer III. Madrid, España: Editorial Pretextos.

Arendt, H. (2112). Los orígenes del totalitarismo. Buenos Aires, Argentina: Alianza Editorial.

Arendt, H. (2013) La condición humana. Buenos Aires, Argentina: Alianza Editorial. Badiou, A. (2000) El ser y el acontecimiento. Buenos Aires, Argentina: Manantial.

Freud, S. (1989) “Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos. Comunicación preliminar”. En Obras Completas, Vol. III. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores.

Heidegger, M. (1998). Identidad y diferencia. Madrid, España: Anthropos. Lacan, J. (1992) Seminario Aún. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Lacan, J. (1999) Psicoanálisis. Radiofonía y Televisión. Buenos Aires, Argentina: Anagrama.

Levi, P. (2000) “Los hundidos y los salvados” Buenos Aires, Argentina: Editorial Elaleph. Levi, P. (2007) “La tregua” Buenos Aires, Argentina: Editorial Elaleph

Levi, P. (2013) “Si esto es un hombre” Buenos Aires, Argentina: Editorial Elaleph Vita, A. (2015) “Temporalidad y sujeto en el abuso sexual infantil” INFEIES Nro.4.

 

Recuperado el 01-03-2018 en el sitio web: http://49.media.tumblr.com/eb1e65e6076ad566acea1f01876ae0d5/ tumblr_o5qg0hgtGw1qehrvso1_540.gif